La psicoterapia sensoriomotriz fue desarrollada por Pat Ogden en la década de los 80. Es una terapia psicológica hablada orientada al cuerpo, que integra contribuciones del campo del apego, la neurociencia, la terapia corporal y la disociación.

La terapia sensoriomotriz incluye el cuerpo como un elemento central en el tratamiento pero no utiliza el contacto físico, es decir, el terapeuta no necesita tocar al paciente durante la terapia.

Los avances más recientes en el ámbito de la neurociencia han permitido comprender mejor cómo el cerebro humano procesa las experiencias traumáticas. Sabemos que el trauma tiene efectos considerables sobre el cuerpo y el sistema nervioso y que muchos síntomas postraumáticos tienen una base somática.

Las terapias tradicionales (cognitivo conductual, psicodinámica…) no prestan demasiada atención a las sensaciones físicas. Sin embargo, centrarse exclusivamente en el pensamiento y la narrativa verbal excluyendo el cuerpo del proceso, puede conducir a que la terapia se realice a un nivel superficial y a que la experiencia traumática quede sin resolver.

Añadir un enfoque somático y emocional a la psicoterapia tiene mucho sentido si tenemos en cuenta que el cuerpo es un elemento más de los afectados (y algunas veces el más afectado) durante una experiencia traumática.
En la terapia sensoriomotriz se utilizan intervenciones somáticas, se trabaja con las sensaciones y los movimientos corporales y se atiende principalmente a la forma en la que el cuerpo procesa la información y a cómo esto se relaciona con las emociones y las creencias asociadas al trauma.

Además de ser efectiva para tratar experiencias traumáticas, la terapia sensoriomotriz resulta de gran utilidad si se incorpora en el tratamiento de problemas de personalidad y dificultades para relacionarse adecuadamente.

Para saber más sobre la terapia Sensoriomotriz se puede consultar la página del Instituto de Psicoterapia Sensoriomotriz: www.sensorimotorpsychotherapy.org